¿Qué pensaba Scalabrini sobre el Banco Central?


(Extractos del texto de Raúl Scalabrini Ortiz, publicado en el compendio Bases para la reconstrucción nacional, en 1956)

Publicado por Instituto Scalabrini Ortiz


Durante el siglo pasado, y hasta 1914, Londres maneja el oro del mundo y el crédito, que no es más que el derecho a manejar, durante un breve tiempo, un poco de ese oro.
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El oro de Londres pasa por un país y se vuelve a ir. Por donde pasa, el oro de Londres deja sembrados capitales británicos invertidos en ese país, que los pueblos deben reverenciar hasta la eternidad, con la pleitesía del interés. La escuadra británica custodia por los exóticos mares ese inusitado fluir y refluir de oro y mercaderías, en que el oro va y viene mientras que las mercaderías solamente van.

La guerra de 1914-1918, además de algunos millones de muertos, tuvo dos consecuencias secundarias e igualmente perniciosas. La primera fue el afincamiento en Rusia de un sentimiento, más que de una idea, de repulsa para el oro y para todo lo que él simboliza y representa. La segunda nefasta consecuencia provino de la inesperada avaricia de los "cow-boys" norteamericanos que embretaron a casi todo el oro del mundo y se negaron a desprenderse de él, aunque no sabían –y aun no saben- en qué menesteres utilizarlo.
[…]
[Tras la guerra de 1914-18] Gran Bretaña descubre algo que es más prodigiosamente asombroso que la desintegración del átomo. Gran Bretaña descubre que el oro, el metal que tintinea en el fondo avaricioso de toda la humanidad, el oro que Drake hurtó a los galeones españoles que se lo habían hurtado a los aztecas y a los incas, el oro que buscó Marco Polo y Cristóbal Colón y cuya sugestión cantó Rubén Darío, puede ser sustituido con ventaja, como unidad de valores, por una relación numérica con un billete tipo y un grupo de números índices que los estadígrafos proveen con generosa abundancia. La institución especializada en el manejo de la nueva piedra filosofal se denominará Banco Central.
Londres crea así una zona del mundo en que su voluntad reina soberana: es el área de la libra esterlina. Allí el comercio continúa sin abandonar el patrón oro teórico, pero sin preocuparse demasiado por ese metal en sí mismo ¡que es tan pesado! La nueva técnica y la nueva institución se distribuyen por el mundo. Primero se impone a los vencidos en la guerra –Plan Dawes-, luego a los países subordinados.
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El Banco Central de la República Argentina fue inaugurado el 6 de junio de 1935. Para que nos enteráramos de la importancia que Gran Bretaña acordaba a su fundación, el Banco de Inglaterra delegó especialmente a uno de sus directores, Sir Otto Niemeyer.
[…] Para dar una idea aproximada de su poder se ha dicho que el banco Central es un estado dentro del estado. La frase peca, no por ampulosidad, sino por deficiencia. Desde el punto de vista de la economía y de las finanzas, que con excepción de los valores inmateriales, constituye toda la vida del país, el Banco Central, en su estructura de 1939, es mucho más poderoso que el Estado argentino. Obedeciendo a razones que desconocemos, el embajador norteamericano, Mr. Willam Beaulac, nos lo ha reconocido sorpresivamente hace poco, al decir: "Los problemas económicos no se resuelven con votos". Ya lo sabemos. Los resuelve el Banco Central, que está por arriba de la política.